A un pueblo perdido llegó un empresario con su asistenta, se alojó en el único hotel existente, y pidió la mejor habitación disponible, como era un hombre de negocios consultó en el hotel si le podían alquilar un espacio para instalar una mesa con dos sillas. Luego publicó en el único periódico de la zona, que pagaría por cada rata que le trajeran €5, aclarando que eran para un importante laboratorio.
Los habitantes sorprendidos probaron llevando algunas ratas y fueron compradas por la suma indicada. Inmediatamente el presidente del ayuntamiento fue a verlo y le agradeció porque no solo que limpiaba la ciudad de este roedor, sino que ayudaba a las gentes del pueblo.
La gente se volcó a cazar ratas como locos, pero al mes las ratas empezaron a mermar. Entonces anunció que pagaría €10 por cada rata. Al poco tiempo ya no le trajeron mas ratas y elevó la suma a €50. Dejó anunciado en el periódico que debía viajar por temas de negocios dejando a su asistenta a cargo y que necesitaba aun miles de ratas más y el tiempo apremiaba.
La asistenta comentó a algunos de los pueblerinos que ella, habiendo tantas miles de ratas en jaulas, podía vendérselas a €25 y cuando el jefe vuelva se la pueden revender a €50.
Se corrió de boca en boca, y la gente sacó de donde no tenía para comprar esas ratas.
La asistenta de un día para el otro no se la vio más y al jefe menos.
Así funciona la bolsa y el mercado de valores.
¡¡¡Ojo, no les enchufen las ratas!!!
2 comentarios:
una rata vendiendo ratas.....jueeeee
que cabrones...
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