UNA POSIBLE SALIDA

Éric Toussaint, doctor en Ciencias Políticas de las universidades de Liege en Bélgica y París en Francia, también presidente del Comité para la Abolición de la Deuda del Tercer Mundo, nos propone una serie de medidas para salir de la crisis, en la que en resumidas cuentas se haría cargo de esta gran crisis financiera a los verdaderos culpables: los bancos y la gente que hay detrás de ellos.

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Lo que estamos viviendo hasta el momento, según el Dr Toussaint :"..... significa la transferencia de la factura a la mayoría de la población a la que se invitará a pagar, bajo distintas formas, las travesuras capitalistas: reducción de los servicios que el Estado presta a la población, pérdidas de empleo, reducción del poder adquisitivo, aumento de las contribuciones de los pacientes en su asistencia sanitaria, de los padres para la educación de los hijos, reducción de las inversiones públicas… y un aumento de los impuestos indirectos."

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Frente a esto, las verdaderas medidas para salir de la crisis, no deben estar a favor de los impresentables que la han provocado y menos aún usando fondos de la gente, que nada tiene que ver con este juego de usura y especulación..

Las medidas propuestas por el Dr. Toussaint irían desde la estatización de la banca (el estado se convertiría entonces en propientario de los bancos) hasta iniciar acciones penales contra los banqueros y administradores, que hasta hoy en día siguen pasándola de fiesta a pesar de que sus juegos especulativos han dejado al mundo en la ruina.

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La estatización no sería un mero salvataje (cosa que esta sucediendo) para dejar las cosas tal cual estaban, sino, tal como Toussaint sostiene: "En primer lugar, es necesario afirmar que se puede salvar perfectamente de otra manera el ahorro de los ciudadanos y el sistema de crédito. Se puede garantizar la protección del ahorro.....mediante la nacionalización o estatización de las empresas de crédito y las aseguradoras al borde de la quiebra. Eso significa que el Estado, que se convierte en su propietario, garantiza la responsabilidad de su gestión. Con el fin de evitar que el coste de esta operación vuelva a caer sobre la gran mayoría de la población, que no tiene ninguna responsabilidad en la crisis, las autoridades públicas deben hacer pagar a las empresas que son responsables del hundimiento. Basta con recuperar el coste del rescate de las empresas interesadas, reteniendo un importe igual del patrimonio de los grandes accionistas y administradores. Obviamente, eso significa tener en cuenta el conjunto de su patrimonio y no solamente la parte que concierne a las sociedades financieras en quiebra."

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