Este jueves 6 de agosto, se cumplieron 64 años de la bomba en Hiroshima, tres días después, la de Nagasaki. La primera bomba fue arrojada a 8.15 sobre la ciudad, mientras el avión que la había arrojado (Enola Gay) se alejaba, el Capitán Robert Lewis, copiloto del bombardero, comentó: «Dios mío ¿Qué hemos hecho?» y Bob Caron, artillero de cola del Enola Gay describió así la escena:
“Una columna de humo asciende rápidamente. Su centro muestra un terrible color rojo. Todo es pura turbulencia. Es una masa burbujeante gris violácea, con un núcleo rojo. Todo es pura turbulencia. Los incendios se extienden por todas partes como llamas que surgiesen de un enorme lecho de brasas. Comienzo a contar los incendios. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... catorce, quince... es imposible. Son demasiados para poder contarlos. Aquí llega la forma de hongo [...] El hongo se extiende. Puede que tenga mil quinientos o quizá tres mil metros de anchura y unos ochocientos de altura. Crece más y más. [...]Es muy negro, pero muestra cierto tinte violáceo muy extraño. [...]La ciudad debe estar abajo de todo eso. Las llamas y el humo se están hinchando y se arremolinan alrededor de las estribaciones. Las colinas están desapareciendo bajo el humo.”
Dieciséis horas después del ataque el Presidente De Estados Unidos, Harry S. Truman declaró públicamente:
“Ahora estamos preparados para arrasar más rápida y completamente toda la fuerza productiva japonesa que se encuentre en cualquier ciudad. Vamos a destruir sus muelles, sus fábricas y sus comunicaciones. No nos engañemos, vamos a destruir completamente el poder de Japón para hacer la guerra. [...] El 26 de julio publicamos en Potsdam un ultimátum para evitar la destrucción total del pueblo japonés. Sus dirigentes rechazaron el ultimátum inmediatamente. Si no aceptan nuestras condiciones pueden esperar una lluvia de destrucción desde el aire como la que nunca se ha visto en esta tierra.”
Se estima que hacia finales de 1945, las bombas habían matado a 140.000 personas en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki, aunque sólo la mitad había fallecido los días de los bombardeos. Entre las víctimas, del 15 al 20% murieron por lesiones o enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación. Desde entonces, algunas otras personas han fallecido de leucemia y distintos cánceres, debidos a la exposición a la radiación liberada por las bombas. En ambas ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles.
Estados Unidos tiene el record, único país que ha utilizado esta clase de armas.
“Una columna de humo asciende rápidamente. Su centro muestra un terrible color rojo. Todo es pura turbulencia. Es una masa burbujeante gris violácea, con un núcleo rojo. Todo es pura turbulencia. Los incendios se extienden por todas partes como llamas que surgiesen de un enorme lecho de brasas. Comienzo a contar los incendios. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... catorce, quince... es imposible. Son demasiados para poder contarlos. Aquí llega la forma de hongo [...] El hongo se extiende. Puede que tenga mil quinientos o quizá tres mil metros de anchura y unos ochocientos de altura. Crece más y más. [...]Es muy negro, pero muestra cierto tinte violáceo muy extraño. [...]La ciudad debe estar abajo de todo eso. Las llamas y el humo se están hinchando y se arremolinan alrededor de las estribaciones. Las colinas están desapareciendo bajo el humo.”
Dieciséis horas después del ataque el Presidente De Estados Unidos, Harry S. Truman declaró públicamente:
“Ahora estamos preparados para arrasar más rápida y completamente toda la fuerza productiva japonesa que se encuentre en cualquier ciudad. Vamos a destruir sus muelles, sus fábricas y sus comunicaciones. No nos engañemos, vamos a destruir completamente el poder de Japón para hacer la guerra. [...] El 26 de julio publicamos en Potsdam un ultimátum para evitar la destrucción total del pueblo japonés. Sus dirigentes rechazaron el ultimátum inmediatamente. Si no aceptan nuestras condiciones pueden esperar una lluvia de destrucción desde el aire como la que nunca se ha visto en esta tierra.”
Se estima que hacia finales de 1945, las bombas habían matado a 140.000 personas en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki, aunque sólo la mitad había fallecido los días de los bombardeos. Entre las víctimas, del 15 al 20% murieron por lesiones o enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación. Desde entonces, algunas otras personas han fallecido de leucemia y distintos cánceres, debidos a la exposición a la radiación liberada por las bombas. En ambas ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles.
Estados Unidos tiene el record, único país que ha utilizado esta clase de armas.
En la actualidad, se nos hace difícil aun comentar sobre este acontecimiento sin caer en el fácil recurso de machacar esta terrible acción. Eso se nota en los medios periodísticos que tocan el tema con cierto recelo y cuidado, tratando de involucrarse lo menos posible. Damos por supuesto que todos estamos en contra de esta clase de armamento, bueno, de ésta y de toda clase de armamento, como así de este ataque a civiles como de todos los ataques a poblaciones civiles. Ahora bien, no les parece que aún hablamos de Hiroshima y Nagasaki, como algo que pasó hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano, como si hablásemos del "País del nunca jamas" y como si los protagonistas fuera personajes ficticios. No sé, tengo la sensación que aun no se ha asimilado y que hablar de ello puede resultar empalagoso. Cuando deberíamos estar todo el tiempo remarcando las salvajadas que somos capaces de cometer.
4 comentarios:
Bien creo k es cierto que el tema todavia parece medio tabu, aun en nuestros dias, se percibe como algo que es mas leyenda o mito, k la algo k realmnet ocurrio. ademas los noticieros dicen como "hace tantos años paso esto en tales ciudades" y ya. no buscan crear cnsiencia atraves de este nefasto hecho sino que lo repasan como si hubiera sido algun mundial de futbol o reunion de empresarios
Es que a veces el cerebro se niega a admitir que alguien pueda invertir todo ese dinero y el potencial científico y humano que se utilizó en provocar esa destrucción. Es la maldad suprema.
Carpe Diem
@Rolandbozz
has dicho la frase justo, no se busca crear conciencia, y si aun lo dicen en los noticieros es para cumplir y no dura mas de cinco segundos.
@cosecha66
y no solo gastar dinero y tiempo en crear semejante destruccion, sino que además, se jactan de la bomba que lanzaron.
Gracias por los comentarios
Nunca debieron crearse tal monstruosidades, pero cada año que pasa nos hace pensar en lo que podría volver a montarse si alguién decidiera mandar una, que no sería tan complicado. Saludos
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